Los capitanes de Todos Santos Cuchumatán
En plena sierra de los Cuchumatanes en Huehuetenango, explotan las bombas pirotécnicas. El pueblo de Todos Santos Cuchumatán está reunido en la calle principal frente al parque y cientos de hombres, vestidos con sus pantalones a rayas rojas y blancas, abren espacio para dejar pasar a las caravanas de jinetes sobre sus caballos. Con el primer capitán siempre al frente, hacen su entrada para empezar las celebraciones de la feria del municipio.
Los jinetes celebrarán junto con sus familias a partir del medio día del 31 de octubre. La celebración dura toda la noche y termina al día siguiente, justo antes de las carreras, cuando los jinetes tambalean y pierden el equilibrio. El primer capitán de cada grupo es el encargado de que abunde la cerveza, la comida y de alquilar caballos para sus jinetes.
Las carreras son llamadas "Skach Koyl" o "Descubrimiento": rememoran el día cuando los pobladores descubrieron que ellos también podían montar caballos al igual que los españoles conquistadores. Pero la principal motivación de los todosanteros es preservar la tradición: aquí los hombres desde niños aprenden a vestir sus colores, bailar la música y beber su cerveza. Quienes han migrado a Estados Unidos suelen volver solo para la celebración.
El 1 de noviembre la pista está lista. Pobladores y visitantes esperan detrás de cercas hechizas que marcan donde correrán los caballos, en una calle al final del pueblo. Los jinetes corren ida y vuelta una y otra vez, levantando el polvo y retando al peligro. Algunos caen y los encargados de la seguridad se limitan a quitarlos del camino.
Todo este día transcurre entre caballos y cervezas. La carrera de las 4 de la tarde tiene un agregado: los jinetes degüellan un gallo mientras cabalgan. Esta será la cena.
Al final, Todos Santos vuelve a calmarse. La noche cae y la gente va a dormir al fin, en preparación para solemnidad del día siguiente: el Día de los Muertos.
